viernes, 30 de julio de 2010

Alegoría del sol


Mientras volaban sin sentido alguno, a través de la habitación chica, algo ocurrió.
De pronto, la habitación había dejado de ser chica, y por un instante a nadie pareció importarle. Hasta que el asombró tocó la ventana. Se asomaron inmediatamente al umbral, para ver de qué se trataba. No podían ver nada, había tanta luz que segaban sus alas y atontaban sus ojos. El tiempo se había detenido y al frente de ellos se escondía un secreto. Custodiado por una princesa que parecía vestir de nosotros.
Parecía algo fascinante. Sólo nos pedía un recuerdo a cambio. Todo seguía congelado y a lo lejos se veían canciones, canciones que alumbraban ese hermoso secreto. Fuimos dando recuerdos a cambio, pero la princesa seguía inmóvil.
Y sin darnos cuenta, mientras atravesábamos el umbral, comenzamos a soñar.

Angela Zerega

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